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La Estrategia de la FAO sobre el cambio climático 2022-2031

La Estrategia de la FAO sobre el cambio climático 2022-2031 fue aprobada por el Consejo del organismo en junio de 2022. Esta nueva estrategia sustituye a la anterior de 2017 a fin de mejorar la acción climática de la FAO con el Marco Estratégico para 2022-2031, y con otras estrategias que la Organización ha desarrollado desde entonces.

En la elaboración de la Estrategia se siguió un proceso de consulta inclusivo con los Miembros de la FAO, el personal de la FAO de la sede y las oficinas descentralizadas, así como los asociados. En ella se articula la visión de la Organización para los sistemas agroalimentarios para 2050, en torno a tres pilares principales de acción: a nivel mundial y regional, a nivel nacional y a nivel local.

La Estrategia también fomenta principios rectores clave para la acción, como la ciencia y la innovación, la inclusión, las asociaciones y el acceso a la financiación.

El cambio climático es un desafío mundial que requiere la adopción de medidas integrales e intersectoriales, en particular en los sistemas agroalimentarios. Estas medidas deben adoptarse tomando plenamente en consideración las metas y los acuerdos internacionales, tales como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados universalmente, la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo y el Acuerdo de París.

Asimismo, han de basarse en las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible. Para acelerar su contribución al cumplimiento de la Agenda 2030, la FAO ha elaborado, en el marco de su mandato y ventajas comparativas, una nueva Estrategia sobre el cambio climático para los próximos 10 años. La Estrategia se hace eco del reconocimiento expresado en el Acuerdo de París en relación con la prioridad fundamental de salvaguardar la seguridad alimentaria y poner fin al hambre. En ella se presenta el papel de los sistemas agroalimentarios como parte de la solución al cambio climático y se buscan complementariedades con las misiones de otras organizaciones y acuerdos conexos.

La urgencia de adoptar medidas con respecto a las repercusiones del cambio climático en los sistemas agroalimentarios es más evidente que nunca, como se indica en los informes más recientes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Los sistemas agroalimentarios deben aumentar su resiliencia ante los efectos actuales y futuros del cambio climático y aprender de las buenas prácticas para fomentar políticas, planes y medidas de adaptación transformadores. En el Acuerdo de París se insta a “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales…”. Para ello, es preciso reducir de forma rápida, intensa y sostenida las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, incluidas las derivadas de los sistemas agroalimentarios. La acción por el clima desplegada de forma coherente, según proceda, de conformidad con los contextos y capacidades nacionales y dependiendo de estos a través de los sistemas agroalimentarios ofrece grandes posibilidades de maximizar los beneficios conjuntos de la adaptación y la mitigación, al tiempo que se alcanzan otros Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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